Hoy nos espera la etapa más corta y suave de todo el recorrido, con apenas 21 kilómetros. Para ello vamos a aprovechar el trazado del GR 127 Río Segura, pues sólo a nuestra llegada a Alguazas nos separaremos de la margen izquierda de nuestro río.
Esto significa que esta jornada no tiene la menor dificultad, ni de esfuerzo, ni técnica, ni de orientación.
He salido al alba. Hasta poco antes de la Ribera de Molina tengo muy trillado este recorrido, ya que he salido a caminar por aquí cientos de veces. Eso resta mucho interés a la primera mitad de esta tercera etapa, aunque sigo muy ilusionado por estar realizando el Camino.
A la izquierda va quedando el Rincón de Seca, La Raya y Puebla de Soto. Llegamos a la altura de Alcantarilla, y a la derecha sobrepasamos Javalí Viejo y La Ñora, cuya rueda pudimos ver, a lo lejos, un buen rato antes. Alcanzamos la Fábrica de la Pólvora y, al fin, llegamos a la Contraparada, acondicionada para el paseo y el picnic. Aquí la parada es obligada.
Continuamos cruzando bajo la Autovía A7 del Mediterráneo, que pasa unos cuantos metros por encima de nuestras cabezas. La mota del río nos conduce hasta la Ribera de Molina, donde paro a desayunar en un bar junto a la carretera.
Volvemos al camino y pasamos junto a Torrealta. Llegamos a la desembocadura del río Mula, en la otra margen del Segura, aunque las cañas no nos dejan ver la unión ribereña. Ya estamos en el Paraje, un barrio de Alguazas donde se ubica la Torre Vieja de Alguazas o Torre de los Moros o del Obispo. Un imponente edificio del siglo XIV, hoy remodelado y el cual, según algunos, ha perdido la esencia original.
Nosotros habremos de separarnos del río Segura cruzando un puente que nos introduce en El Paraje. Nos plantamos ante la dicha Torre Vieja, la cual ha servido de reclamo para diseñar el PR-MU 81 Senderos de la Torre Vieja. Dos interesantes recorridos que nos llevan hasta el Llano de Molina por la huerta de Alguazas y la margen derecha del río Segura.
Entramos a Alguazas y buscamos el albergue, situado junto a la antigua estación de ferrocarril. Es el punto de enlace con la Vía Verde del Noroeste, que une el Campus de Espinardo con Caravaca de la Cruz. A partir de ahora este Camino Natural, promovido y financiado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, será el que nos ha de guiar hasta Caravaca.
Hoy he acabado poco después de las 12:00, así que me espera una larga jornada de descanso. El albergue donde me alojo, junto a las vías del tren, es una edificación prefabricada. Pero las camas son cómodas, aunque las duchas son muy estrechas. Lo mejor del albergue es el restaurante que regentan los mismos, cuyo precio y cocina son más que recomendables.