El pasado 5 de noviembre leímos una noticia en Desnivel que nos llamó mucho la atención, y sobre cuyo contenido hemos decidido mojarnos en este artículo. Parece ser que el gobierno argentino ha aceptado la propuesta de Movistar de colocar una antena 4G en el campo base del Aconcagua, en la zona conocida como Plaza de Mulas. Eso «si se cumplen todos los requisitos medioambientales». La finalidad de este proyecto es «incrementar la seguridad y facilitar la organización de tareas de rescate en caso de emergencia». Una noticia, por cierto, que viene a colación de otra medida del gobierno, muy controvertida, por la que los rescates de los montañeros dejarán de ser gratuitos (los pagos podrían ahora ascender a 36.000€ por rescate).
Ahora que cada uno tendrá que pagarse su salvamento, la predisposición social será mayor para que la resolución final en materia ambiental sea favorable. Y, cómo no, Movistar ya ha puesto sobre la mesa su propio estudio de impacto ambiental que, por supuesto, es favorable.
Mucho nos tememos en SenderosGR que al final el proyecto saldrá adelante. Y nos lo tememos porque, a tenor de las informaciones disponibles, no parece que se estén teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales para tomar una decisión de tal magnitud: el aspecto ético y el sanitario (para cualquier forma de vida).
No albergamos gran confianza en que, en el análisis del impacto ambiental, se valoren estudios como The alteration of spontaneous low frequency oscillations caused by acute electromagnetic fields exposure, cuyas conclusiones son coincidentes con las obtenidas por científicos en la Universidad de California en un estudio similar, y por las que se ha observado que la exposición a radiaciones de señales 4G tiene efectos negativos para la salud humana. No confiamos porque, a poco que esto se hubiera tenido en cuenta y se hubiera aplicado el principio de precaución, la propuesta de Movistar ni se habría tenido en cuenta, dado el debate que hay aún en marcha entre la comunidad científica.
De todos modos, lo que nos resulta más grave, es el mero hecho de que se plantee una invasión tecnológica en un espacio protegido donde, y lo sentimos por los escaladores, la seguridad humana es secundaria. Precisamente porque aún se desconoce el impacto ambiental que a largo plazo pueden tener las señales 4G. En el plano ético, la iniciativa no aguanta el más mínimo análisis. Nunca el interés particular de un individuo o de un colectivo debe estar por encima de la conservación del medio natural. Los montañeros debemos asumir nuestros propios riesgos, sin que nuestra actividad contribuya a seguir deteriorando un planeta, ya bastante deteriorado.
!!!! que le den por saco a la antena 4G !!!!! y sin montañero quiere estar 100% seguro que se quede en su casa, que por cierto tampoco es segura, véase los accidentes de baño. Ya esta bien de convertir en un hotel la montaña, si vas a escalar la Aconcagua ya sabes lo que hay y si mueres lo sentimos pero es el riesgo que tomaste cuando dijiste «si, voy»
No y rotundamente NO, mi concepto de Montañismo siempre ha estado unido a la aventura y a un cierto riesgo por lo cual entiendo que aplicar cualquier tipo de tecnologia a este deporte es perder la verdadera exencia del mismo; ya que siempre han ocurrido accidentes sea por negligencia o por mala suerte y creo que seguirán ocurriendo, aunque traten de intentar convencernos que con el uso de determinadas tecnologías puedan evitarlas.
Y aunque todas las Persona tenemos derecho a disfrutar de la Montaña lo que si debemos tener presente es la necesaria formacion para poder disfrutarla fuera de las tecnologias.
Mirando desde el lado positivo, la zona tendrá un buen acceso a señales 4G, cosa que es muy difícil en zonas remotas como estas. También hay que pensar en reducir todos los riesgos posibles y este es un punto a favor en el cual está trabajando bien Movistar.