XX Travesía Sierra Morena
Club senderismo ‘Llega como puedas’
04 de marzo de 2.017
Hay ocasiones en que desanclar nuestro punto de referencia nos sirve para tener una visión más amplia de la realidad, para aprender, para ser realista, así que… ¿porqué no dejar de lado por un momento los GR y afrontar una travesía de 50 km?
Dicho y hecho, te dejas engañar por unos amigos, te acoplas la mochila a la espalda, dejas la seguridad de tu GR de referencia y cruzas España para aterrizar en Córdoba con la ilusión de emprender, por primera vez, una ruta larga de manos del club de senderismo ‘Llega como puedas’.
Primero un poco de cultura general…
Por Córdoba pasan o discurren en su totalidad, 5 GR’s homologados:
GR 7 – De Andorra a Tarifa
GR 39 – Cañada de la Mesta
GR 40 – Cañada Real Soriana
GR 43 – Cordel de la Campiña
GR 48 – Sierra Morena
Como podéis consultar en nuestra web, con longitudes diversas entre los 61,3 km del GR 43 y los 2.600 km del GR 7.
El club de senderismo que organiza esta travesía anual tiene, como buen club de senderismo que se precie, numerosas actividades que podéis consultar aquí.
Como toda asociación, organismo o colectivo que potencie las actividades en la naturaleza mientras la respeta y la cuida, merece todo mi respeto.
Entrando en materia, vamos a lo que vamos, la travesía anual de Sierra Morena es una ruta de unos 50 km’s por, evidentemente, la Sierra Cordobesa. En esta edición con inicio en Córdoba y finalización en la localidad de Adamuz.
Tiene el formato de ruta guiada por lo que tiene sus ventajas e inconvenientes a los ojos del gerrerista, pero que de forma simultánea, quizá consiga que tenga cabida un mayor número de perfiles diferentes de senderistas.
La reputación que obtiene el Club al ser la edición número 20 les da el añadido de gente seria, experimentada en estos quehaceres y que sabe lo que hace.
El hecho de tener la seguridad de que no vas a perderte sería un punto a favor de la ruta guiada, máxime cuando discurre por senderos no señalizados, así como por fincas privadas.
El tener que cumplir unas normas como es atenerte a un ritmo establecido y a unas pausas obligatorias en cuanto llegas a los avituallamientos, sería quizá un motivo para que el gerrerista se echara para atrás y dejara pasar la oportunidad de participar en un evento de estas características.
Sea como fuere, si les das la oportunidad, no quedará por ellos el hacer que disfrutes del monte cordobés durante una jornada que llega a rondar las 14 horas.
Este año hemos decidido dejar de imaginar cómo sería hacer algo así y como os comentaba, nos hemos ido a pasar el fin de semana a Córdoba para enamorarnos de esa tierra y del cariño de su gente.
Todos sabemos que cuando planeas una actividad en la montaña estás siempre pendiente del parte meteorológico, por si se vuelve mucho en tu contra, anular la salida y quedarte en casa. En esta ocasión, si eres responsable de más de 250 personas la planificación y el esmero en la salida, en cuanto al tiempo, ha de ser un factor importante y hasta relevante.
El nivel de precipitaciones en una ciudad del sur de España no debería ser problema a la hora de organizar un evento así, ¿verdad? pues bien, este año, además de una ruta larga de resistencia, nos han ofrecido el plus añadido de una ruta pasada por agua, nada más y nada menos que unos 45 litros por metro cuadrado soportamos sobre nuestras cabezas, impermeables, paraguas… se dice rápido, pero oye, ¡como moja!
Si se hubiese tratado de una salida que hacemos en solitario o con el grupo de amigos de turno, nos hubiésemos quedado en casa con un buen libro y mirando por la ventana, pero en esta ocasión no, ese día salimos con la ilusión de quien prueba cosas nuevas, de quien puede con todo.
El cielo tuvo el detalle de empezar a descargar a las 5 de la madrugada, justo en el momento de la salida y no parar hasta 10 horas más tarde… un detalle que jamás olvidaremos y que nos permitió poner a prueba nuestra tenacidad, nuestra ropa impermeable, nuestro ingenio para no acabar calados hasta los huesos en los primeros kilómetros, nuestra fuerza de voluntad y nuestra resistencia.
Si fuimos capaces de soportar esas 10 horas ininterrumpidas bajo una incesante lluvia de diversas intensidades, nuestra recompensa fue ver como el agua dejaba de caer, el cielo se abría, aparecía el color azul y ¡hasta nos permitió sacar las gafas de sol!
Lo más valorado en ese momento fue el poder disfrutar del paisaje, un lienzo de imágenes que nos había estado vetado desde el inicio de la ruta, los primeros km’s porque discurrían antes del amanecer y el resto porque la lluvia, la niebla y el día en sí nos impedía cualquier tipo de disfrute visual.
Cierto es que tendríamos que haber sido más de los que fuimos, cierto es que no acabaron todos los que empezaron, pero los que llegamos a Adamuz nos quedamos con la sensación del trabajo bien hecho, del esfuerzo recompensado, de la alegría de haber conseguido que tus piernas y tu corazón pudieran en más de una ocasión, con la sensatez de tu cabeza.
Nos quedamos con el cariño de la organización, esos voluntarios que nos arroparon y acompañaron desde salida hasta meta. Esos personajes amables, empáticos, entregados y simpáticos a quienes sacamos alguna que otra sonrisa y que fueron los que cuidaron de nosotros para que volviéramos a casa enteros y sin mayor marca que la que deja el saber que si alguien te tiende la mano, puedes conseguir mucho más de lo que creías.
¿Experiencia recomendable para los gerreristas?
Completamente y sin dudarlo.
Si llegado el momento afrontas esta aventura, hazlo con la ilusión de probar algo nuevo, de retarte a ti mismo, de comprobar que eres capaz de acoplarte a algo diferente a lo que estás acostumbrado.
Esta experiencia puede darte mucha información sobre tu persona, tu fuerza mental, así como info para darle la razón al jefe en cuanto a que nada es impermeable bajo 10 horas de lluvia 😀
Conseguir llegar a meta te da la seguridad de que en un futuro, puedes afrontar jornadas largas en cuanto a km’s en tus GR sin mayor dificultad.
¿Ventajas?
- Aprovechar el fin de semana conociendo lugares que de otra forma no tendrías opción de conocer.
- Hacer amigos.
- Cambiar tus límites una vez más en cuanto a ‘las condiciones que soy capaz de soportar en ruta’, ‘número de km’s que soy capaz de afrontar en una sola jornada’…
- Sorprenderte con lo que eres capaz de hacer en ruta por conseguir tu objetivo, por ejemplo meterte en un torrente que baja con fuerza y que te obliga a refrescarte de rodillas para abajo. Sí, aquí las botas impermeables también dejan de ser impermeables.
- Te olvidas de la logística en cuanto a transporte.
- Evitas el tener que cargar comida para toda la jornada.
¿Inconvenientes?
- Tener que seguir un ritmo establecido, que la mayor parte de las veces es adecuado para la mayoría pero que en un determinado momento puede hacerte sentir ‘que no deberías estar ahí’.
- Estar obligado a respetar las pausas de los avituallamientos para que éstos se lleven a cabo en las condiciones óptimas para todos los participantes.
Hoy las imágenes son gentileza del club organizador y de compañeros de aventura… a ellos, gracias por el recuerdo que nos evocan éstas, que aunque no muy vistosas, nos provocan una sonrisa de lo más satisfactoria.
¿Repetiremos? Desde luego, hay que darle la oportunidad a las tierras cordobesas de dejarnos sorprender por su belleza salpicada de olivos y con un cielo azul espectacular de fondo… pero para eso, habrá que esperar hasta el primer fin de semana de marzo de 2.018… ¿nos veremos allí?
Mientras tanto y hasta entonces, continuaremos dando oportunidades a nuevas aventuras que intercalaremos, como no, con nuestros queridos GR’s.
Gracias ‘Llega como puedas’ por la oportunidad.
Gracias ruteros por vuestro cariño… no es una amenaza, pero… volveremos 🙂
Fdo:
la gerrerista tránsfuga y versátil 😉
La ropa de lluvia ¿funcionó? Como se portó el gore-tex? Cuenta!