El hotel donde pernocté en Calasparra no es incómodo, pero la habitación tiene algo que no consigo identificar, que no acaba de convencerme. Para descansar y pasar la noche, eso sí, me basta. Los 40 € incluyen desayuno a partir de las 7:00 h.
De modo que a las 7:30 h. ya estoy caminando. Hoy voy relajado, ya que esta etapa la conozco. La hice el año pasado realizando el GR 251 Camino del Altiplano, que viene de Yecla hasta Caravaca de la Cruz. Ni siquiera llevo a mano el rutómetro, imprescindible el resto de jornadas.
La salida de Calasparra por la carretera del Santuario de la Esperanza, pasando junto a la plaza de toros, el polideportivo y el tanatorio la he hecho mil veces, además, gracias a los distintos PR’s que este municipio nos ofrece.
Trasponemos cómodamente el Alto de San Miguel (recomendable la visita a su ermita, en la cima, aunque exige una fuerte subida) y llegamos al primer punto conflictivo de esta hoy. Se trata del cruce de la carretera de Calasparra-Caravaca, que atravesamos por un túnel. A la salida de éste tenemos una trifurcación. Nosotros deberemos seguir a la izquierda desde la salida del túnel, pero está mal señalizado, y las marcas de continuidad están a la derecha, en la pared, en lo que debía ser el trazado antiguo. Para colmo, vemos una señal de ruta errónea justo por donde debemos transitar, lo que hace de esta situación un despropósito. Yo conocía el error del año pasado, pero persiste la mala señalización.
Una vez encaminados la señalización vuelve a ser correcta y suficiente y, tras un par de desvíos nos vamos a poner en franca dirección a Moratalla. A partir de aquí el paisaje ha cambiado tan sustancialmente que parece mentira que ayer viniéramos de parajes tan áridos. A nuestra vista se abren grandes extensiones de campos de cereales que, en esta época, estallan en un verde sobrecogedor. Este panorama, que hoy se limitará a un tramo relativamente corto, será norma a partir de la etapa de mañana, una vez nos introduzcamos en el Campo de San Juan.
Pero hoy estoy aquí, y cuando pasé el año anterior no esplendía de este modo el campo que hoy atravieso. Esta sensación que procura en el alma la belleza de la Naturaleza le reconcilia a uno con el mundo. En un relato de E. A. Poe asegura su personaje que la máxima belleza, objetivamente, no se encuentra en la Naturaleza por sí misma, sino en la alianza entre ésta y la mano del hombre, que la potencia, acaso construyendo una ermita, un puente, un camino o una casa que, respetando el entorno, impresiona nuestra sensibilidad con mayor fuerza.
La combinación de Naturaleza, campos de labor en plena efervescencia, los distintos cortijos que salpican nuestro camino, los propios caminos de tierra que atraviesan, serpenteantes, estos páramos, contribuyeron a elevar mi alma a cotas de satisfacción poco frecuentes.
Se da otra circunstancia que ayuda en este sentido, y es la inmensa soledad de este GR. Todas las travesías realizadas hasta la fecha las he hecho solo, y salvo los núcleos urbanos y la Vía Verde del Noroeste, bastante transitada los fines de semana, es característica generalizada esa escasez de gente. Personalmente me encanta, pues permite mucho tiempo para la reflexión, el aislamiento. Algo que siempre se ha atribuido al Camino de Santiago, pero cuya masificación está diluyendo, lo tenemos en nuestra Región. No hago apología de ningún tipo ni pretendo comparar, en absoluto; me limito a contrastar experiencias, y si el caminador es movido a ello, entre otras cosas, para buscarse a sí mismo, en el Camino Francés lo va a tener difícil dado el inmenso tráfico de peregrinos.
Iba caminando entre soberbios campos de cereales aterrazados en dirección al Cortijo del Bancal de la Hierba, en alto, uno de los puntos mágicos de la etapa por representar magistralmente ese evocador mundo rural tan idealizado por los urbanitas. A partir de aquí el paisaje varía, volviendo a alternar bosque mediterráneo de pino y bancales de almendros. El paseo es muy agradable, aunque el camino que pisamos habrá de desembocar en el que es, seguramente, el punto más conflictivo de todo el GR: el paso por el río Moratalla (llamado así desde la unión de los cauces de los ríos Benamor y Alhárabe).
El año pasado ya perdí todo el tiempo necesario (casi una hora) para encontrar la pista correcta, pues la señalización errónea se mezcla con la ausencia de señales. Voy a procurar ser claro para no confundir al personal, pues ciertamente es un paso complicado.
El camino por el que venimos es una pista de tierra que acaba por desembocar, tras una pequeña cuesta, en un camino asfaltado. Aquí veréis un poste direccional del Camino de la Cruz de Caravaca que señala a la izquierda, pero no, en realidad debéis girar a la derecha, seguir unos pocos metros por el asfalto y, en seguida, bajar hacia una rambla por una pista de tierra (hay un aspa de dos líneas rojas que se refieren al Camino de la Cruz, pero es otro error de señalización, pues ambos caminos comparten trazado). Una vez en la rambla hay que girar a la derecha unos doscientos metros hasta desembocar en una amplia avenida que viene por la izquierda; debemos cruzarla hasta el promontorio de enfrente y girar a la derecha, pegados al pequeño montículo que se eleva sobre nuestras cabezas; lo acompañamos unas decenas de metros y, antes de llegar a una canaleta de agua visualizaremos una senda casi inapreciable que sube, a la izquierda, el mismo promontorio que hemos bordeado. A unos metros en alto por esa pseudo senda veremos un cartel de Coto privado de caza, y un par de metros más arriba, una estaca metálica con la ansiada señal de GR. Subimos hasta lo alto para, en el collado, dirigirnos hacia la derecha hasta el borde de la elevación, donde se adivina una senda poco pisada por la que vemos alguna que otra señal casi borrada. Pronto esa senda se hará perfectamente visible y habremos resuelto el paso más problemático de todo el GR. Enhorabuena.
Ahora sí, Moratalla se presenta cercana a nuestros ojos. Es un espejismo, estamos a unos 10 kilómetros. Lo que nos ofrece este tramo es un camino de tierra (más adelante será de asfalto) entre campos en barbecho y almendros, no demasiado atractivo, hasta que llegamos a El Chaparral, una zona de casas de campo y huerta con un punto mal señalizado, pues en una bifurcación por la que debemos continuar de frente encontramos, a la derecha, marcas de error de ruta y de continuidad. A partir de aquí acaban las incidencias en cuanto a señalización, lo cual se agradece, ya que encontramos multitud de cruces de caminos.
Tras una parada bajo la generosa sombra de una morera a los pies de un canal de riego llegamos, por fin, a la carretera de La Puerta. Aquí el GR se bifurca: a la izquierda, el GR 7.1 que pasa por Moratalla, Caravaca, Archivel y llega a Cañada de la Cruz; a la derecha nuestro GR 7, que desemboca en la misma pedanía caravaqueña, pero por el paraje de La Puerta, Campo de San Juan, La Risca, El Sabinar, Calar de la Santa, La Rogativa y Puerto Alto, bajo el pico de Revolcadores. Nosotros, pues, seguiremos a la derecha por la tediosa carretera comarcal que, tras 6 kilómetros, nos deja en el Camping La Puerta, un lugar precioso donde hemos reservado una cabaña aprovechando una oferta por ser temporada baja: 22 €.
Quien no lo haya visitado, no deje de hacerlo, el paraje en el que está enmarcado el camping es divino: montaña, umbría, el río Alhárabe en toda su majestad… No en vano el nombre de La Puerta podría referirse al acceso a un mundo absolutamente distinto, inimaginable para quienes asocian Murcia únicamente a playas y secarral. Aquí comenzaré, mañana, la verdadera gloria del GR 7 a su paso por terreno murciano.
FICHA TÉCNICA:
FECHA REALIZACIÓN: 27 de abril de 2016.
RECORRIDO: Calasparra-Camping La Puerta (Moratalla).
DISTANCIA TOTAL: 27’8 kilómetros (aprox.).
TIEMPO: 6 horas.
DESNIVEL: 430 m. positivo (aprox.).
DIFICULTAD: Baja.
INTERESANTE: Los campos de cereales; los cortijos diseminados durante el recorrido; las extensas panorámicas y las vistas a Moratalla; el camping en el paraje de La Puerta.
RECOMENDACIONES: Llevar agua y algo de comida. Aconsejable de septiembre a mayo, evitando los meses de mayor insolación.
MÁS INFORMACIÓN: Senderos GR