El transporte marítimo de pasajeros está ganando protagonismo entre las elecciones de los españoles para desplazarse por motivos sociales o turísticos. Si el punto de destino está en la costa, los Ferrys se convierten en una alternativa viable y eficaz que presenta importantes ventajas en comparación con el avión. Esta condición adquiere una especial relevancia cuando las islas, Baleares o Canarias, forman parte de la ruta, ya que la limitación es mayor y la ruta por mar se convierte en la que más posibilidades ofrece.
Las ventajas de viajar en ferry se aprecian tanto en la flexibilidad de horarios, accesos o comodidad del trayecto como en la enorme capacidad de carga. Los puertos peninsulares más importantes, Barcelona, Valencia, Denia o Málaga; están ubicados en puntos con una muy buena conexión con el resto de la ciudad. De esta manera, los viajeros acceden con facilidad y en un corto periodo de tiempo a las puertas de embarque. El acceso al barco es sencillo, ya que el registro de entrada y el control del equipaje es bastante rápido. Los pasajeros invierten poco tiempo en este proceso, ya que suelen estar en el punto de encuentro en torno a media hora antes de la partida.
Los ferrys que unen la Península con Mallorca, Ibiza, Tenerife o Las Palmas de Gran Canaria, entre otros destinos isleños, presentan una amplia capacidad de aforo y pueden albergar un promedio de mil pasajeros en cada viaje. La amplia oferta de horarios y la flexibilidad de los mismos facilita notablemente este medio de transporte. Las mejoras en las infraestructuras marítimas así como en las capacidades de navegación han ido acortando los tiempos de las distancias y optimizando las posibilidades, ya que ahora es posible viajar a Palma desde Barcelona en poco más de seis horas. La popular ruta que une Denia y Formentera, dos de los enclaves turísticos más bonitos del Mediterráneo español, se ha establecido en dos horas.
Vehículo propio
Otra de las ventajas de viajar en ferry es la posibilidad de llevar el coche propio u otro vehículo. Los pasajeros aprovechan esta oportunidad y suben su auto al barco. La magnitud de la estructura permite la admisión de una amplia gama de modelos como autocaravana, minibuses, furgonetas, motocicletas, bicis y autobuses. El pasajero abona la tasa correspondiente y tiene la garantía de que, cuando llegue a su destino, dispondrá de este vehículo. Una consecuencia positiva de esta decisión radica en el hecho de poder transportar una amplia cantidad de mercancía y equipaje, que pueden ser almacenados en el propio coche. En este sentido, el tamaño del barco admite un mayor número de maletas, en comparación con otros medios de transporte; por lo que resulta una vía muy práctica para quienes realizan viajes de larga distancia o en el caso de quienes tengan que realizar una mudanza.
Comodidad
Los barcos que transportan a un alto número de pasajeros han ido aumentando sus prestaciones y mejorando sus servicios hasta ofrecer una experiencia muy buena para el cliente. Los pasajeros encuentran diferentes zonas para los distintos momentos del viaje, como áreas de relax, cafetería o restaurante, gimnasio o espacios para el ocio. Están, además, adaptados a personas con movilidad reducida.